El último abrazo



En un mundo cada vez más virtual el abrazo se ha convertido en un tesoro. Sostén de fuerza. Muestra de alegría. No hay like ni visualizaciones que puedan sustuirlo. Cuando no hay palabras crea una red de protección que hace sentir la vida más segura. Al apretar fuerte a tu hijo le dices que estás ahí, siempre. Cada vez que quiera ser arropado, acurrucado o protegido. Al cumplir años, ves envejecer a tus padres, es la manera de intentar devolverles todo aquello que hicieron por ti. Con tus hermanas, es la red infinita de ayuda mutua que se teje en silencio, porque una hermana sabe de tus errores pero que nadie se acerque a decirlos en voz alta. En la amistad, permite compartir los momentos de felicidad o acunar en el dolor y el miedo. Y en pareja, más allá de los selfies de la gente mirando a una cámara, el abrazo es algo íntimo porque te muestra cada virtud y cada miseria, sin filtro, te hace saber todo aquello que el avatar no ha contado en las redes. 

Achúchame con todas tus ganas que nadie nos está mirando, que nadie nos está observando, que este abrazo sea el principio de todo. De sentirse sinceros. Quédate en mi. Quédate para siempre aunque nuestros caminos se separen. Ayúdame a crecer, a ser más fuerte, más valiente. Escucha mi respiración. Escucha mi corazón. Late con la fuerza necesaria para seguir adelante. Por todos los abrazos que me dieron y pude dar. Me "like" tenerte cuerpo a cuerpo. Me "like": pasar del llanto a la risa y de la risa al llanto; esos abrazos con saltos añadidos para celebrar aquello que costó tanto conseguir; el abrazo al atardecer agradeciendo a la vida que nos haya dado más tiempo; cada vez que su equipo se abraza porque han ganado un partido en esa inteligencia colectiva de ayuda mutua; el abrazo cuando agradezco la tortilla delicattesse que mi madre hace; ese movimiento de cabeza de mi padre después de abrazarme;  ese abrazo que te demuestra cuánto te he echado de menos; el primer abrazo del día y el último antes de irte a dormir. Me "like" que si tengo una pesadilla al abrazarte se me pase. 

Y atesoro los últimos abrazos que no se sabían los últimos en ese momento. Habitan en mi álbum de recuerdos importantes. En mi memoria. Me acompañan siempre. Tanto que si cierro los ojos puedo volver a creer que toda tu energía sigue aquí conmigo, ayudándome a continuar. 


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